I JORNADAS TÉCNICAS:

22.11.2017

El olivar es junto a la vid unos de los cultivos identitarios de la cuenca mediterránea. En la actualidad se ha convertido en la principal actividad económica de amplias zonas, consolidándose por ejemplo a lo largo del último siglo en Jaén, y cada vez más en otras provincias como Granada, Córdoba y Sevilla. Un monocultivo dominando un amplio territorio, sea de la especie que sea, presenta grandes debilidades originada por la excesiva simplificación ecológica, a lo que hay que sumar la vulnerabilidad en la dimensión socioeconómica debida a la especialización y dependencia del cultivo de una sola especie -y prácticamente de una variedad- orientada exclusivamente a la producción de aceite. Esta debilidad es mayor cuando el monocultivo se intensifica en las zonas de montaña, pues las peculiaridades del suelo en pendiente hacen de estos sistemas más frágiles ante gestiones inadecuadas. Tratándose además de una actividad condicionada por las fluctuaciones climáticas, y teniendo en cuenta que los ciclos habituales del clima mediterráneo son cada vez más imprevisibles, se produce una conjunción de circunstancias que arrojan sombras sobre el futuro del modelo en el que se sustenta el olivar y de su capacidad para seguir siendo la base económica y fuente de empleo principal (aunque sea temporal) de los territorios donde se extiende.

Este horizonte de sucesos no se sitúa en un futuro lejano sino posiblemente en un plazo más próximo del que nos gustaría admitir, pues la enfermedad crónica de un sistema económico en decadencia queda empequeñecida frente a la crisis ecológica y de recursos que según advierten cada vez más expertos tenemos a la vuelta de unas décadas. Además la posible aparición de agentes patógenos muy virulentos nos alerta de la extrema vulnerabilidad de los sistemas basados en el monocultivo.

En este contexto es fundamental realizar un análisis de la situación actual del olivar, pero partiendo de la experiencia de los agricultores y su forma de manejo del cultivo y teniendo en cuenta su percepción sobre la situación y las perspectivas que vislumbran en estos momentos de vertiginosos cambios. Sólo así sería posible plantear transformaciones viables en las diferentes dimensiones del olivar que doten a este agrosistema de la resiliencia necesaria, al tiempo que pueda seguir ofreciendo a la sociedad beneficios económicos y ambientales.

Con este objetivo la Asociación Rural Mediterránea (ARUME) ha organizado en el mes de noviembre de 2017 un encuentro de agricultores con un formato diferente al que suele darse en los congresos y jornadas del sector, dando el protagonismo en las exposiciones y el debate a olivicultores con diferentes condiciones de cultivo y que practican modelos de manejos distintos. También se ha considerado importante tratar varios temas como son la evolución de la calidad de los aceites de la Sierra de Segura, la comercialización, así como el estado actual de las investigaciones sobre la bacteria Xylella fastidiosa, una de las mayores preocupaciones del sector.

Para facilitar el desarrollo del debate se le dio a cada agricultor un guión orientativo con los diversos puntos de interés organizados básicamente en cuatro bloques: manejos y trabajos en el olivar, aspectos económicos, diagnóstico de la situación y perspectivas de futuro. De las ponencias y debates que han tenido lugar a lo largo de cuatro días (22, 23, 24 y 25 de noviembre de 2017) surgen las presentes actas y conclusiones, que han de servir de núcleo para la posterior publicación de un estudio más pormenorizado sobre la actual disyuntiva del olivar mediterráneo, y en especial el de las zonas montañosas, ante la rápida sucesión de cambios que está teniendo lugar a todos los niveles.

La clasificación en diferentes tipos de olivar considerada a la hora de organizar las intervenciones de los agricultores no ha de entenderse como algo nítidamente diferenciado, sino únicamente como una aproximación a los casos más representativos que se pueden encontrar en el espectro de tipos de manejo presentes en la zona. Pero esto no quita que haya explotaciones de olivar que reúnan características de varias categorías, o que pueda existir alguna que no se ha tenido en cuenta. Así, los agricultores participantes en este encuentro se han organizado en los siguientes grupos:

  • Olivar superintensivo.
  • Olivar como actividad secundaria.

  • Jóvenes agricultores.

  • Olivar en transformación de secano a regadío.

  • Olivar tradicional intensificado.

  • Olivar convencional orientado a la calidad.

  • Olivar ecológico centrado en la producción de aceite.

  • Olivar ecológico con diversificación.

Entre las mesas de debate de los agricultores se han insertado las siguientes ponencias sobre temas específicos:

  • Evolución de la calidad de los aceites de la Sierra de Segura.
  • Mejora de la calidad del aceite de oliva.

  • Una amenaza para el olivar: Xylella fastidiosa.

  • Estrategias de comercialización del aceite de oliva.


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